Cuando las mujeres avanzan, Tultepec avanza.

La llegada de una mujer a la Presidencia de México es símbolo, pero en Tultepec queremos que la igualdad sea práctica cotidiana.

En México vivimos una verdad contundente: las mujeres somos más de la mitad de la población —67 millones, el 51.7% según INEGI— y, sin embargo, todavía luchamos por que esa mayoría se traduzca en poder real, en decisiones justas y en políticas que cambien la vida cotidiana.

Los avances son innegables: hoy hay más mujeres en congresos, ayuntamientos y espacios de liderazgo. Sin embargo, la paridad sigue siendo un reto. Persisten la falta de recursos, la violencia política y los obstáculos para que las mujeres gobiernen con respaldo pleno.

En el Estado de México y en nuestro municipio de Tultepec, la realidad lo confirma: sí hay mujeres en cargos importantes, pero necesitamos más acciones que aseguren igualdad sustantiva. No basta con abrir la puerta; hay que garantizar condiciones para que participen y decidan sin limitaciones.

Desde nuestro movimiento he respaldado y aprobado registros que aseguran que el Instituto Municipal de la Mujer cuente con apoyo real: presupuesto, programas de capacitación, prevención de violencia y acompañamiento a nuestras vecinas. Este paso es fundamental, porque demuestra que la paridad no es discurso, sino hechos concretos que fortalecen a la comunidad.

Nuestra visión es clara: una democracia justa es aquella donde la mitad de la población tiene también la mitad del poder. Para lograrlo proponemos:

• Cumplimiento estricto de la paridad en candidaturas y cargos.

• Capacitación política y liderazgo para mujeres de Tultepec.

• Fondos de apoyo para candidatas locales.

• Protocolos firmes contra la violencia política de género.

La historia reciente —con la llegada de una mujer a la Presidencia de México— debe inspirarnos a hacer de la igualdad una práctica cotidiana, no un suceso aislado.

Tultepec tiene todo para ser referente estatal de inclusión y respeto. Nuestro compromiso es claro: apoyar a las mujeres con hechos, recursos y voluntad política. Porque la democracia solo funciona cuando refleja la fuerza de todo el pueblo, y ese pueblo somos mujeres y hombres por igual.