De la Telenovela de la Corrupción a la Consolidación de una Transformación.

Durante décadas, las tragedias naturales en México eran convertidas en telenovelas de la corrupción. El guion era siempre el mismo: desastre natural, presidente llegando días después con toda la parafernalia mediática, promesas grandilocuentes, fotos para los medios y, al final, recursos desviados y pueblo abandonado.

L@S COLUMNISTAS

Mariana Zapata

10/16/20254 min read

"Mi tarea fundamental como presidenta es coordinar labores en caso de emergencia", dijo la presidenta Claudia Sheinbaum este martes al referirse a la crisis provocada por las lluvias torrenciales que dejaron 64 muertos, 65 desaparecidos y 100,000 viviendas afectadas en cinco estados.

Coordinar y estar.

Esa sola frase resume la diferencia entre la telenovela de la corrupción que vivimos durante décadas y la consolidación de una transformación que apenas comienza.

LA TELENOVELA DE LA CORRUPCIÓN

Durante décadas, las tragedias naturales en México eran convertidas en telenovelas de la corrupción. El guion era siempre el mismo: desastre natural, presidente llegando días después con toda la parafernalia mediática, promesas grandilocuentes, fotos para los medios y, al final, recursos desviados y pueblo abandonado.

El caso más grotesco de este teatro del cinismo fue Enrique Peña Nieto sugiriendo a los damnificados de Villaflores, Chiapas, que "armaran tandas" para reconstruir sus hogares. Mientras tanto, el director del FONDEN —ese fondo que supuestamente existía para ayudarlos— se divertía en Las Vegas durante los huracanes Ingrid y Manuel en 2013.

Y las tarjetas de ayuda para damnificados del sismo de 2017 en Oaxaca eran clonadas para robarles más de un millón de pesos.

Esa era la telenovela: drama en pantalla, robo tras bambalinas.

La telenovela de la corrupción tenía un personaje protagónico: el FONDEN. Durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, 200 mil millones de pesos quedaron bajo sospecha. En cada declaratoria de emergencia se robaban entre mil y cinco mil millones de pesos. Era, como dijo el propio presidente López Obrador, "un barril sin fondo".

La nostalgia por el FONDEN que hoy expresan algunos no es nostalgia por la eficiencia. Es nostalgia por el botín.

LA CONSOLIDACIÓN DE LA TRANSFORMACIÓN

Hoy, con la lamentable noticia del fallecimiento de 64 personas y 65 desaparecidas por las lluvias torrenciales que azotaron Veracruz, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro, estamos presenciando algo radicalmente distinto: la consolidación de una forma diferente de gobernar.

La presidenta Claudia Sheinbaum activó el Plan DN-III-E y el Plan Marina el mismo jueves que comenzaron las lluvias. Instaló el Comité de Emergencias, que sesiona permanentemente. El domingo ya estaba en Huauchinango, La Ceiba y Poza Rica. No con cámaras y séquito. Con equipos de trabajo. Coordinando operativos reales.

Seis mil elementos de la Defensa Nacional, tres mil de la Marina, cocinas comunitarias, plantas potabilizadoras, 250 máquinas para apertura de caminos. Censo inmediato para distribución de apoyos. Despliegue de cientos de servidores de la Nación hasta los últimos rincones de los lugares afectados para recoger sus necesidades. Trabajo, no teatro.

"No vamos a dejar a nadie desamparado", repite incansablemente.

Y aquí está el contraste más brutal entre la telenovela de la corrupción y la consolidación de una transformación:

En Poza Rica, Veracruz, la gente le reclamó con dureza la falta de respuesta inmediata, principalmente de otros niveles de gobierno.

Se quedó. Escuchó. Recibió el reclamo de frente. Y contestó.

Más aún: cuando el presidente municipal de Huauchinango intentó justificarse ante los damnificados que lo encaraban, Claudia lo confrontó públicamente: "Usted dice que sí, pero yo le creo a la gente".

Una presidenta que pone a la gente por encima de todo. Que recibe el reclamo sin ofenderse. Que gobierna desde la cercanía y la solidaridad. Y lo más importante: que responde con hechos.

RECURSOS REALES, NO TARJETAS VACÍAS

El cambio de modelo impulsado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y que continúa la presidenta Claudia Sheinbaum ha logrado algo impensable en la época neoliberal corrupta: que en menos de ocho días la gente reciba sus recursos de manera directa.

El gobierno federal cuenta con 19 mil millones de pesos destinados a emergencias para este año. Y la presidenta lo ha dicho con claridad: "No se va a escatimar en recursos para apoyar a los damnificados".

A finales de esta semana, las personas damnificadas estarán recibiendo recursos para la reconstrucción y la limpieza de sus casas. No son promesas. Son hechos. Censos levantados, recursos listos, coordinación establecida.

Cada peso etiquetado llegará a quien lo necesita. Sin intermediarios corruptos. Sin desvíos.

CONTRA LAS MENTIRAS Y EL ZOPILOTEO

Hoy son tiempos de solidaridad. Y es momento de desenmascarar las mentiras y el cinismo de la oposición.

Porque los mismos que lloran por el FONDEN corrupto ahora difunden la falsedad de que no se puede otorgar apoyo directo a las personas damnificadas. Lo mismo dijeron con el huracán Otis en Acapulco, y miles de personas se apersonaron para ayudar directamente. Como hoy, miles se están movilizando en estos estados para llevar ayuda.

No vengan a decir mentiras. No zopiloteen la tragedia.

La oposición que extraña el FONDEN nunca lloró por los damnificados cuando ese fondo existía. Que critica la "lentitud" cuando antes ni siquiera había respuesta. Que añora los tiempos en que las tragedias eran negocio.

Pero el pueblo de México ya no quiere telenovelas. Quiere gobierno que gobierne.

Y lo tiene.

CERRAR FILAS EN TORNO A LA TRANSFORMACIÓN

Como dijo la presidenta en el Zócalo durante su primer año de gobierno: "No hay divorcio entre pueblo y gobierno. La prosperidad es compartida o no es prosperidad; la justicia es para todas y para todos, si no, no es justicia".

En este momento de emergencia nacional, reconozcamos y acompañemos la labor que está realizando nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien desde el primer momento estuvo en los sitios de desastre, convocó a los gobernadores y ha dado seguimiento puntual a la atención que se necesita.

El llamado es claro: apoyemos a los damnificados con lo que esté a nuestro alcance. Son nuestros hermanos y hermanas que necesitan que todas y todos trabajemos unidos.

Porque como dijo Claudia: "Nuestro pueblo es trabajador, resistente, solidario, creativo y generoso".

La telenovela de la corrupción terminó.

La consolidación de la transformación avanza.

Donde antes había espectáculo, hoy hay trabajo. Donde antes había robo, hoy hay transparencia. Donde antes había abandono, hoy hay coordinación, solidaridad, cercanía y respuestas reales.

Tenemos #MuchaPresidenta.