Educación: entre la espada y la pared

“Por mi raza hablará el espíritu”, así se enmarca el escudo de una de las casas de estudios más reconocidas en México y el mundo. Con estás palabras José Vasconcelos pretendía dar un amanecer a la educación en México después de una larga noche de opresión. El gran proyecto educativo abanderado por él se instauraba entre brigadas, jornadas, libros y la expresión de que una “Patria que nada vale si no significa libertad y justicia”.

L@S COLUMNISTASEDUCATION

Aurora Violeta

6/20/20252 min read

“Por mi raza hablará el espíritu”, así se enmarca el escudo de una de las casas de estudios más reconocidas en México y el mundo. Con estás palabras José Vasconcelos pretendía dar un amanecer a la educación en México después de una larga noche de opresión. El gran proyecto educativo abanderado por él se instauraba entre brigadas, jornadas, libros y la expresión de que una “Patria que nada vale si no significa libertad y justicia”.

Hoy el proyecto educativo se desmorona, visto como un gran pastel dividido por los intereses de unos cuantos que se reparten el poder, se carcome por los actores que han encontrado en él una beta para fines políticos partidistas, corrupción, manejo de recursos, favoritismos, y que es ahorcado por la mano de diligentes que ha dejado de lado la prioridad educativa de los mexicanos; en conjunto con la mano de representaciones sindicales, que han servido a favor de los que están dispuestos a mantener su estatus quo con clientelismos, demagogia y acuerdos que poco tienen que ver con un proyecto que trascienda a la mejora de la Patria.

El pueblo mexicano desde las entrañas de sus territorios, de esos lugares donde se llega a pie, donde el sol cala y no llega el agua, se tiene sed, se tiene sed de libertad y de justicia, hambre de soberanía. Palabras que los actores políticos ocupan en sus discursos, pero con una praxis que poco incide en la “transformación social”. Al desamparo se encuentran niñas y niños, violencia, ultrajo, despojo, enfermedad, son las lecciones que viven en su día a día. Maestros que son utilizados por un sistema que oprime voluntades y creatividades, y en masa llevados como “movimiento social”, utilizado por los representantes institucionales y sindicales, para pactar en una mesa de cuatro lo que concierne a una nación.

¿Cuáles son los fines de la educación en México? ¿A qué aspiramos cómo Nación? ¿Cuál será el futuro de esas niños y niños que subsisten en las entrañas de la Patria? ¿En manos de quién está la educación de los hijos de esta Nación Mexicana? ¿Quiénes dirigen la educación en México? Son parte de las preguntas que como ciudadanos nos hacemos, y que revoletean un sinfín de respuestas críticas, otras tanto mediáticas, y unas más argumentadas.

Nuestra patria añora una educación digna para sus niñeces, para esas infancias en formación, con visión de un futuro alentador. La consolidación de un cuerpo docente, honorable, con voluntad de estar frente a cada grupo, capaz de ser sensible a las problemáticas sociales, que a su vez requiere ser tratado con respeto, dignificado, como un eje del proceso educativo, siendo el ser capaz de llevar los procesos formativos de los aprendizajes significativos a la transformación verdadera de nuestro país, necesitamos una educación con alas que trascienda horizontes y que no se quede en jaulas de unos cuantos representantes.