El Póker de Ases: Ni Damas Ni Reinas, el Frente Femenino Contra la Corrupción en México

Entre las cuatro figuras que conforman el llamado "póker de ases", Natalia Téllez Torres aporta una pieza clave en el engranaje de la justicia administrativa. Su trayectoria y reputación la perfilan como un factor determinante en este nuevo escenario, donde la expectativa no solo recae en los discursos, sino en las acciones que podrían redefinir el combate a la corrupción en México.

Francisco Javier Martínez Mendoza*

2/17/2025

En un país donde la lucha contra la corrupción ha sido históricamente un campo de batalla lleno de discursos grandilocuentes y escasos resultados, el reciente alineamiento de cuatro figuras femeninas en los más altos niveles de la administración pública ha encendido expectativas y alarmas por igual. Raquel Buenrostro, secretaria anticorrupción; Luz María Miganjos, fiscal federal especializada en combate a la corrupción; Natalia Téllez Torres Orozco, magistrada de la tercera sala de justicia administrativa; y la nueva presidenta del Sistema Nacional Anticorrupción, Vania Pérez Morales, forman lo que algunos ya han bautizado como el "póker de ases".

Este cuarteto, que rompe con la narrativa tradicional de "damas" o "reinas" en la política mexicana, se presenta como una sinergia sin precedente. Sus credenciales las respaldan: una secretaria que ya es conocida como "la secretaria de hierro", por su carácter inflexible frente a la corrupción; una fiscal de integridad probada; una magistrada con fama de incorruptible; y una presidenta del SNA con un historial cercano a la sociedad civil organizada. Si la lucha contra la corrupción había sido, hasta ahora, un tablero donde las piezas se movían con sigilo y concesiones, estas cuatro mujeres podrían estar a punto de cambiar las reglas del juego.

Pero, más allá del simbolismo, ¿qué implica realmente esta conjunción de fuerzas? Primero, el mensaje político es claro: el gobierno y el aparato judicial buscan construir una narrativa de cero tolerancia a la corrupción. El reto, sin embargo, no está en la intención, sino en la ejecución. Durante años, la corrupción ha sido el cáncer de la administración pública en México, y han sido precisamente los mismos sistemas de justicia y control los que han fallado en erradicarla.

El segundo punto crucial es el nivel de autonomía y margen de acción que tendrá este "póker de ases". La historia ha demostrado que el combate a la corrupción no es una guerra de discursos, sino de acciones concretas, de expedientes judiciales bien sustentados y de una voluntad política que no sucumba ante presiones o pactos en lo oscuro. Si la secretaria de hierro y su equipo realmente buscan mover las piezas sin miramientos, los primeros afectados serán los propios operadores del sistema político, muchos de los cuales están incrustados en la burocracia de alto nivel.

Tercero, no hay que perder de vista las reacciones. Ya se habla de temblores en algunos sectores, de expedientes que podrían salir a la luz y de nombres que podrían caer. Si este frente femenino realmente comienza a sacudir las estructuras del poder, veremos movimientos bruscos: desde bloqueos políticos hasta intentos de desacreditación mediática contra las cuatro figuras. La historia ha demostrado que el sistema rara vez se deja someter sin contraatacar.

Por último, la relación con la sociedad civil será clave. Vania Pérez Morales ha sido reconocida por su cercanía con organizaciones ciudadanas, lo que podría significar un cambio radical en la forma en que se combate la corrupción: menos opacidad y más rendición de cuentas. Pero esto también implica riesgos, ya que la política anticorrupción en México suele tropezar cuando los intereses de los grupos de poder se ven amenazados.

Si el "póker de ases" realmente quiere marcar un antes y un después en la lucha contra la corrupción, tendrán que demostrar con acciones lo que hasta ahora solo es expectativa. Y tendrán que resistir el embate de un sistema que ha sobrevivido durante décadas gracias a la impunidad. No será suficiente con la reputación o la intención; lo que el país necesita son resultados tangibles.

La pregunta sigue en el aire: ¿será este el equipo que finalmente haga temblar los cimientos de la corrupción en México, o simplemente veremos otra jugada en el viejo tablero donde, al final, la impunidad siempre se impone? El tiempo y sus acciones nos darán la respuesta.

FOTOGRAFÍA: SENADO DE LA REPÚBLICA

*Francisco Javier Martínez Mendoza Presidente "Tierra Colectiva"

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