En Atizapán de Zaragoza, la unidad de nuestro partido movimiento es fundamental para lograr la transformación.
Atizapán de Zaragoza atraviesa un momento clave en su historia política y social. Nuestro municipio, con su diversidad y su dinamismo, representa el reflejo de un México que busca consolidar la justicia, el bienestar y el progreso. En este camino, la unidad de nuestro movimiento es el motor que hará posible la transformación.
L@S COLUMNISTAS


Atizapán de Zaragoza atraviesa un momento clave en su historia política y social. Nuestro municipio, con su diversidad y su dinamismo, representa el reflejo de un México que busca consolidar la justicia, el bienestar y el progreso. En este camino, la unidad de nuestro movimiento es el motor que hará posible la transformación.
Desde hace casi dos décadas he tenido el honor de participar en la lucha por un país más justo, acompañando a quien encabeza la transformación de la vida pública de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese trayecto he aprendido que la política se construye con convicciones, pero también con la capacidad de sumar esfuerzos, de escuchar y de caminar juntos.
Hoy, en Atizapán de Zaragoza, la unidad no es un discurso vacío: es una necesidad. Solo con un movimiento cohesionado, que priorice el bienestar del pueblo sobre los intereses personales, podremos enfrentar los desafíos de nuestro tiempo.
En mi experiencia como síndico municipal y como servidor público, he confirmado que cuando se trabaja de la mano de la ciudadanía, los resultados se multiplican. No hay transformación posible si no escuchamos a la gente, si no reconocemos que cada colonia, cada comunidad y cada voz son esenciales para avanzar.
La fuerza de nuestro movimiento radica precisamente en su base: mujeres y hombres comprometidos con el cambio, con la esperanza de un municipio más justo y solidario. Por eso, nuestro mayor reto y, al mismo tiempo, nuestra mayor oportunidad, es mantenernos unidos.
La transformación en Atizapán no será obra de unos cuantos, sino de todas y todos los que creemos en un futuro distinto. La unidad es el camino, y la unidad es también la garantía de que el proyecto de nación que hemos construido seguirá dando frutos para nuestra tierra.