Gentrificación, Mundialización, Globalización… Localización.

Hablar de globalización, gentrificación y ciudad sería hablar de metrópolis, migración, economía y aspectos sociológicos, en ese sentido las problemáticas con mayor relevancia de las cuales nos deberíamos ocupar serían sobre la marginalización, segregación y justicia social en las ciudades.

L@S COLUMNISTAS

Juan Manuel Chávez

7/11/20254 min read

Hablar de globalización, gentrificación y ciudad sería hablar de metrópolis, migración, economía y aspectos sociológicos, en ese sentido las problemáticas con mayor relevancia de las cuales nos deberíamos ocupar serían sobre la marginalización, segregación y justicia social en las ciudades.

El problema en sí, no es sobre el encarecimiento de los productos y servicios a consecuencia de la permanencia en estadía larga de población extranjera en ciertos sectores o poblaciones del país, el tema va más allá; tiene que ver con políticas sobre migración, inexistencia de impuestos a trabajadores quienes reciben sus salarios directos de otros países, como lo son los nómadas informáticos, déficit de vivienda cercana y asequible, más y mejores fuentes de trabajo para los mexicanos, entre otros.

La problemática de la gentrificación, dentro de una realidad de un mundo globalizado, con un injusto sistema económico y político, dentro de un neoliberalismo deshumanizado, tiene que ver más con un mal funcionamiento del sistema que con la permanencia de extranjeros en ciertos espacios, que el encarecimientos de productos y servicios y de la segregación. El problema no es privativo de la Ciudad de México o de ciertas colonias como La Condesa, La Roma o Polanco, por mencionar algunas; la gentrificación es un fenómeno el cual se presenta en varias poblaciones, con mayor presencia en destinos turísticos como Valle de Guadalupe, Creel, Santiago, San Miguel de Allende, Sayulita, Playa del Carmen, etc., con retos a vencer muy similares. Debemos profundizar en el tema, dejando de lado sentimientos de racismo, intolerancia y falta de empatía, de lo contrario nos veremos estacionados en el problema más que en la solución.

Sería ingenuo pensar en frenar los procesos de globalización de las ciudades así como el deseo de ser mayormente competitivos. El riesgo y error es pretender ser globales cuando no hemos solucionado las problemáticas locales, como nos dirían Cobos y Zimmerman: el pretender entrar en estas dinámicas globales ha afectado negativamente a urbes que nunca podrán estar dentro de los círculos de las ciudades globales.

La mundialización en ese sentido podría parecer más contraria a las expectativas de mejoría en la calidad de vida de los países, que en el medio para que se dé el progreso. Estamos envueltos en una lucha donde de seguir con nuestras aspiraciones de ser globales y competitivos solo traerá decepciones y más conflictos. Las ciudades latinoamericanas entre más se pretenden enrolar en esta dinámica globalizadora más pobres y problemáticas se vuelven. ¿Qué buscamos? ¿Qué queremos alcanzar?. Efectivamente de seguir en esta dirección estamos en una lucha ya perdida, es una lucha por alcanzar algo que tal vez ni siquiera queramos, pero la cual todos están luchando y la ciudad y los ciudadanos sufren las consecuencias, no solo en su parte social sino también en la física de las urbes. La violencia, el comercio informal, el narcomenudeo, la carencia de servicios, la desintegración familiar, etc. son resultado de esta dinámica de acumulación de riqueza; la cual no tenemos.

El neoliberalismo vino a perjudicar lo que faltaba por descomponer en países los cuales no debieran estar interesados en acumular sino en aprovechar y compartir. Con apenas 30 años de políticas neoliberales los llamados por los opresores “países en vías de desarrollo”, como todos los latinoamericanos han empeorado notablemente su situación y lo que es peor es que no nos hemos dado cuenta que los países como aquellos conformados por la triada Estados Unidos, Reino Unido, Singapur …no han mejorado del todo su situación urbana y social.

Es necesario detenerse un momento en el camino y pensar que hacemos en esta carrera hacia el despeñadero, quien nos inscribió en ella y quien dio el balazo de salida, detenernos y reflexionar qué es lo que nos conviene a nosotros países latinoamericanos con diferentes realidades, debemos tener conciencia y orgullo de lo que somos y de nuestra riqueza, riqueza de nuestra cultura, nuestra sociedad, nuestro territorio, poblaciones y biodiversidad. Nuestros campos, poblaciones y ciudades tienen una gran riqueza las cuales hay que cuidar, aprovechar y vivir. Ejemplo de ello, por ser uno de los casos más contundentes en el tema de la gentrificación, está La Condesa, en ella vive el mayor número de extranjeros en su mayoría nómadas cibernéticos; por lo que la colonia se ha encarecido y muchos propietarios prefieren rentar sus inmuebles en plataformas digitales con estancias cortas y medianas… pero si volteamos a ver un poco al pasado pudiéramos aprender mucho de él. La Condesa con casi un siglo de fundación, sigue mostrando y ofreciendo a la ciudad uno de los espacios con mayor riqueza urbana en sus parques y camellones, La Condesa cuenta con uno de los espacios públicos más ricos de la Ciudad de México… es gratuito correr los dos kilómetros de Amsterdam, patinar en la explanada de Parque México y pasear a tus perros en Parque España, además de ofertar varios establecimientos con precios módicos especialmente en vialidades principales o en los tianguis de los martes y sábados.

Las soluciones urbanas deben nacer desde la proposición más que de la negación, más desde la investigación que de la desinformación, menos de la autosegregación y más del corazón.