Hacia una nueva narrativa de bienestar y justicia social: el fortalecimiento del sur en la Cuarta Transformación.
Durante décadas, el sur y sureste de México permanecieron relegados por modelos neoliberales de desarrollo que concentraron el progreso en unas cuantas regiones y olvidaron a los pueblos originarios, a las comunidades rurales y a las comunidades del sur. Ese abandono histórico dejó profundas desigualdades, carencias de infraestructura y oportunidades limitadas.
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Durante décadas, el sur y sureste de México permanecieron relegados por modelos neoliberales de desarrollo que concentraron el progreso en unas cuantas regiones y olvidaron a los pueblos originarios, a las comunidades rurales y a las comunidades del sur. Ese abandono histórico dejó profundas desigualdades, carencias de infraestructura y oportunidades limitadas.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, comenzó una nueva era en la transformación de México: la Cuarta Transformación. Por primera vez, el desarrollo del sur fue asumido como una prioridad de Estado, con una visión de justicia social, bienestar compartido y soberanía nacional. Ahora, bajo el liderazgo de la Presidenta Claudia Sheinbaum, ese proceso no solo continúa, sino que se consolida y fortalece con una visión integral de desarrollo sustentable, regional y humano.Estamos ante el segundo piso de la transformación.
El sur ya no es el rostro del rezago, sino el corazón del nuevo proyecto de nación. Los grandes proyectos de infraestructura, energía y conectividad impulsados por la 4T son prueba de que la transformación no fue promesa, sino realidad en marcha.
Proyectos emblemáticos del bienestar y la transformación
Tren Maya (pasajeros y carga)
El Tren Maya es uno de los proyectos más emblemáticos de la transformación del sureste. Conecta a Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo en más de 1,550 kilómetros de vía férrea, integrando comunidades, generando empleo y fortaleciendo la economía local. Además de ser una obra de movilidad, es un proyecto de justicia social que impulsa el turismo sustentable y la redistribución del bienestar en una región históricamente marginada.
Con la llegada de la Presidenta Claudia Sheinbaum, el Tren Maya amplía su alcance con el arranque del servicio de carga, que potenciará el desarrollo logístico y productivo del sureste. A su vez, se impulsa su extensión hacia Guatemala y Belice como un corredor de cooperación regional. Los impactos ambientales identificados en el proceso ya están siendo atendidos mediante acciones de mitigación y restauración ambiental, bajo estrictos criterios de sustentabilidad y respeto a los ecosistemas.
Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT / Tren Interoceánico)
El Corredor Interoceánico es otro pilar de la transformación nacional. Conecta el Pacífico y el Golfo de México a través de Oaxaca y Veracruz, fortaleciendo la soberanía económica y energética de México. La rehabilitación de vías férreas, la modernización de puertos y la creación de parques industriales ya generan miles de empleos y detonan inversión en comunidades que por años fueron olvidadas.
Este proyecto, consolidado durante el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, continúa ahora con la Presidenta Sheinbaum como parte de una visión de desarrollo equilibrado que busca integrar producción, transporte y bienestar social.
Obras carreteras prioritarias en el sur-sureste
La transformación también avanza por tierra. La ampliación a cuatro carriles de la vía Macuspana-Escárcega y la modernización de la carretera Palenque–Ocosingo son parte de una estrategia de integración regional que conecta comunidades, fortalece el turismo cultural y mejora la movilidad para productores y trabajadores. Estas obras no solo comunican territorios: unen realidades y abren caminos de bienestar.
Infraestructura aérea y logística regional
La modernización del Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo y la consolidación de Puerto Chiapas como punto logístico hacia Centroamérica forman parte de una estrategia que impulsa el crecimiento con visión de futuro. Estas obras permiten fortalecer la infraestructura productiva del estado y consolidan al sureste como motor del desarrollo nacional y regional.
En el mismo sentido, el sector energético del sur se ha convertido en un motor estratégico del desarrollo regional. La expansión de la red de gas natural hacia estados como Quintana Roo, Yucatán y Campeche fortalece la competitividad turística e industrial, impulsa la transición hacia energías más limpias y reduce los costos para hogares y empresas locales. Este avance energético, acompañado de inversiones en generación eléctrica y modernización de infraestructura, consolida la soberanía energética del país y promueve un modelo de crecimiento sustentable que beneficia directamente al bienestar de las comunidades y al desarrollo de los destinos turísticos del sureste.
Polos de Bienestar y parques industriales estratégicos
Bajo el principio de que no puede haber progreso sin justicia, la Cuarta Transformación impulsa Polos de Bienestar y parques industriales en el sur con criterios de inclusión y sustentabilidad. En Yucatán, Campeche y Chiapas ya operan espacios industriales que generan empleos bien remunerados, promueven energías limpias y diversifican la economía local. Estas inversiones fortalecen la soberanía productiva y garantizan oportunidades para las nuevas generaciones.
Infraestructura social y programas de bienestar
El desarrollo del sur no se limita a grandes obras. También se traduce en escuelas, centros de salud, viviendas y caminos rurales que transforman la vida cotidiana de miles de familias. Programas como Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro y la expansión de la red de universidades Benito Juárez forman parte de esta política integral que coloca a las personas en el centro del desarrollo.
El sur como motor del nuevo México
El contraste con el pasado es evidente. Mientras los gobiernos neoliberales veían al sur como una carga o una periferia económica, la Cuarta Transformación lo ha convertido en el eje de un nuevo modelo de país.
Hoy, la visión de Estado impulsada por el Presidente López Obrador y continuada por la Presidenta Sheinbaum parte de cinco principios fundamentales:
Soberanía y justicia territorial: el sur ya no es la periferia; es el corazón del proyecto nacional.
Bienestar con crecimiento: las obras se traducen en empleos, ingresos dignos y oportunidades locales.
Desarrollo sustentable: los proyectos se acompañan de medidas ambientales, restauración ecológica y participación comunitaria.
Continuidad institucional: la transformación es política de Estado, no de sexenio; sus cimientos están puestos para trascender gobiernos.
Integración regional: el sur se consolida como un puente de desarrollo con Centroamérica y el Caribe.
El Plan México, presentado por la Presidenta Sheinbaum ante empresarios e inversionistas, reafirma esta ruta: fortalecer la conectividad nacional, detonar la economía regional y construir un México más equitativo desde su base social.
Retos atendidos con responsabilidad y visión de futuro
La transformación del sur ha enfrentado retos naturales y sociales propios de su magnitud, pero el gobierno los ha atendido con responsabilidad, transparencia y visión de futuro. La atención a los ecosistemas del sureste, la inclusión de las comunidades indígenas en la planeación territorial y la supervisión ambiental de los proyectos son parte del compromiso de la 4T con un desarrollo sustentable, justo y humano.
Además, los estados del sur reciben acompañamiento técnico e institucional para fortalecer sus capacidades locales, garantizando que las obras y programas tengan continuidad, mantenimiento y operación eficiente a largo plazo.
Una transformación que ya es realidad
El desarrollo del sur no es una promesa: es un hecho que hoy se vive en cada nueva vía, cada parque industrial, cada comunidad conectada y cada familia beneficiada por los programas sociales. Con el Presidente Andrés ManuelLópez Obrador se sembraron las raíces de la transformación, ahora con Claudia Sheinbaum se consolidan sus frutos.
Hoy, el sur de México ya no espera su turno. Es protagonista del bienestar, motor de justicia social y símbolo de un país que, por fin, decidió mirar hacia todos sus pueblos por igual.
La Cuarta Transformación no solo está transformando al sur: está transformando el destino de México.
