Hacia una nueva teoría
¿Qué tanto se puede llevar la teoría a la práctica?, ¿qué resultados se pueden esperar de llevar a cabo un plan o estrategia, desapegados de la realidad en la que nos desenvolvemos? Estas preguntas mantienen un vínculo en el cual habría que poner atención durante esta transición hacia “el segundo piso de la Cuarta Transformación”: los modelos teóricos, llevados a la práctica, pueden ser muy complicados, por no decir casi“imposibles”, de ser exitosos.
NACIONAL / ESTADOS


¿Qué tanto se puede llevar la teoría a la práctica?, ¿qué resultados se pueden esperar de llevar a cabo un plan o estrategia, desapegados de la realidad en la que nos desenvolvemos? Estas preguntas mantienen un vínculo en el cual habría que poner atención durante esta transición hacia “el segundo piso de la Cuarta Transformación”: los modelos teóricos, llevados a la práctica, pueden ser muy complicados, por no decir casi“imposibles”, de ser exitosos. Asimismo, muchos han sido los ejemplos que evidencian la necesidad del trato de dichos temas para el Movimiento de Regeneración Nacional, siendo uno de los más recientes el caso de Sergio Mayer. En este contexto, será fundamental para una nueva dirigencia de Morena el poner atención a estos ámbitos, pues sería un error el evadir el debate dentro de la coalición hegemónica y dejar de lado la discusión que tanto exige la militancia. A este respecto, una pregunta viene a colación: ¿cuál es el papel histórico que tiene que cumplir el movimiento que salió victorioso el pasado dos de junio? No hay que olvidar que nuestro objetivo nunca ha de ser el constituirnos como un partido único o el establecimiento de una hegemonía que se quede con triunfos electorales durante la eternidad. Nuestra tarea fundamental ha de ser el formar un movimiento de acción de masas, cada día más fuerte, que permita la transición hacia una nueva concepción del Estado mexicano, la cual llevará de la mano una radicalización no meramente discursiva, sino también práctica.
¿Qué hacer entonces? En primera, como militancia, habría que estar atentos de la transición que se haga en la dirigencia nacional del partido, para comprender el nuevo esquema que habrá de regirlo, si es que hay un cambio en dicha materia. Sin embargo, será fundamental comprender que Morena como partido no es el objetivo en sí mismo, sino una herramienta que permite la acción colectiva de las masas en las bases, la cual puede ser abandonada, en caso de dejar de ser útil para el objetivo final: la emancipación general. De esto se deriva que, más allá de ser militante, lo que se ha de buscar es ser crítico, para comprender el tránsito histórico en el que nos vemos situados. Ese criticismo sólo será fundado en una nueva teoría, heterodoxa por demás, que logre comprender dicho contexto, sin pecar de “izquierdista”, pero tampoco de “reformista”. Un nuevo marco teórico que tenga sus raíces en postulados que las mismas masas establezcan para el entendimiento general, y que cumpla el papel que todo marco teórico revolucionario tiene que cumplir: ser la directriz del movimiento emancipatorio, la brújula que se adapte a nuestra realidad concreta.