Jesús Aquino fue sentenciado a 50 años por un secuestro sin pruebas: ‘Llevé a toda mi familia a la cárcel’

ACTIVISMO

Redacción

12/14/20243 min read

Seis miembros de la familia Aquino García están en la cárcel pese a que no hay pruebas en su contra; esta es la historia de cómo fueron golpeados y amenazados por policías antes de ser sentenciados.

Jesús Aquino García, un exmilitar que participó en desfiles frente a los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, así como cinco miembros de su familia fueron sentenciados a 50 años de prisión. ¿El motivo? Ser responsables del presunto secuestro de un menor, según las declaraciones de policías ministeriales del Estado de México.

Si no hay pruebas más que las versiones de unos policías, ¿por qué seis personas deben pasar medio siglo en prisión? Todo se debe, según las víctimas, a que se trata de un caso fabricado y a que un juez determinó que su “profesión y religión” comprobaban su culpabilidad.

Los señalamientos sobre las irregularidades del caso y contra los policías ministeriales del Estado de México fueron hechos por Jesús Aquino, sus dos hermanas y su mamá —todos sentenciados a 50 años de cárcel— en el podcast ‘Penitencia’, conducido por Saskia Niño de Rivera.

A través de una entrevista, Jesús, sus hermanas —Raquel y Beatriz—, y su madre, Rosa Martha García González, narraron la violencia, los abusos y la injusticia a los que fueron sometidos por jueces, agentes ministeriales y la Fiscalía del Estado de México.

¿Quién es Jesús Aquino, el militar que se dice responsable de que su familia esté en la cárcel?

Cuando era adolescente, Jesús Aquino tenía tres opciones: Ser sacerdote, maestro o militar. Sus padres le enseñaron que trabajar para el gobierno le auguraba un mejor futuro; sin embargo, él inició su carrera como seminarista en San Francisco del Rincón, Guanajuato, pero “no pude, se me hizo tedioso”.

Tras cumplir 17 años, Jesús se enlistó en el Ejército y participó en “operaciones de alto impacto en estados donde era peligroso”. Según dice, algunos de los operativos fueron en San Fernando, Tamaulipas, así como en Ciudad Juárez, Chihuahua, y a lo largo de toda la frontera de México-Estados Unidos, hasta llegar a Tijuana, Baja California.

Uno de sus operativos más complicados ocurrió el 13 de septiembre de 2009. “Eran como 70 personas del Cártel del Golfo. Nos estaban tirando a 30 efectivos del Ejército Mexicano”. También se enfrentó con integrantes del Cártel de Los Zetas.

A los 21 años, Jesús se independizó y tuvo diferencias con sus padres, quienes le daban consejos sobre su estilo de vida, los cuales él no escuchaba. Jesús tenía la idea de que era “un imán de cosas buenas”.

“Era una persona muy presumida, muy creída, nada humilde, intolerante en todo, no pedía las cosas, las exigía, forzaba las cosas para tenerlas”, recuerda desde la cárcel.

Gracias a su trabajo en el Ejército, Jesús cumplió algunos de sus sueños. Tenía autos deportivos, con un buen sonido. Entre esos autos, asegura el hoy detenido, estaba la primera camioneta Hummer, propiedad de un habitante de Chalco, Estado de México.

A lo largo de su carrera militar, Jesús también trabajó como guardia del general Alfonso Duarte Mugica, quien actualmente está retirado y quien buscó una diputación federal en representación del PAN.

El joven dedicaba su tiempo libre a las fiestas y señala que había celebraciones de cumpleaños que “terminaban en Acapulco o Puerto Vallarta”. Además, Jesús se “ponía retos”: Manipular a mujeres.

Fue así que llegó a sostener relaciones hasta con 9 integrantes de una misma familia. “Soy un manipulador. Siempre tengo lo que quiero, hasta aquí en la cárcel lo he tenido”, asegura.


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