Jóvenes y vivienda en el gobierno de Claudia Sheinbaum

Para muchos jóvenes en la actualidad, la búsqueda de vivienda es como participar en un juego de realidad virtual donde los precios suben más rápido que un meme viral.

Arq. Ana María Sinecio

3/21/2025

¡Imagina un mundo donde las casas cuestan menos que una taza de café con leche!. Lamentablemente, ese mundo parece ser tan ficticio como un unicornio. Para muchos jóvenes en la actualidad, la búsqueda de vivienda es como participar en un juego de realidad virtual donde los precios suben más rápido que un meme viral. Desde enfrentar alquileres estratosféricos hasta lidiar con precios inalcanzables de las casas, y es así donde el sueño de independencia queda en el olvido.

“Yo a tu edad ya tenía casa propia”, eso evidencia que para las y los jóvenes que empezamos la vida profesional es mucho más difícil tener casa propia que en tiempos pasados, el tema de la vivienda es una de las preocupaciones que compartimos como generación.

También son diferentes las condiciones económicas y, sobre todo, las posibilidades reales de acceso a la vivienda que, para muchas y muchos de nosotros, es prácticamente inalcanzable: rentar o adquirir un espacio digno es poco menos que imposible.

La problemática actual de la adquisición de vivienda para los jóvenes es a todas luces latente y crítica. Nos encontramos frente a un fenómeno de precarización laboral que implica el deterioro de las condiciones laborales y que genera un incremento de inestabilidad, inseguridad y vulnerabilidad en los puestos de trabajo. Esto significa que nuestros sueldos nos impiden cubrir una renta sin sacrificar otras necesidades básicas.

Y ni hablar de la posibilidad de adquirir una vivienda, ya que los créditos más básicos nos condicionan a contar con ingresos de alrededor de 50 mil pesos mensuales para poder comprar una vivienda o al menos ser sujetos de préstamo.

Esto debería ser una señal de alarma para todas las partes involucradas: jóvenes, instituciones gubernamentales e instituciones bancarias, pues tan solo el 1% de la población económicamente activa gana más de 40 mil pesos, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Esto significa que para una gran mayoría se esfuma por completo el sueño de adquirir una vivienda por medio de un crédito.

Las y los jóvenes enfrentamos obstáculos complicados, como pertenecer al rango etario con menores ingresos dentro de la vida económicamente activa; más el aumento de las tasas de interés; y naturalmente la falta de historial crediticio, antigüedad en el trabajo y comprobación de ingresos. Parece el escenario ideal para una tormenta perfecta que, en este caso, puede convertirse en un desastre humanitario si no se hace nada al respecto.

En este contexto, es una extraordinaria noticia que la presidenta electa Claudia Sheinbaum haya puesto total atención en la vivienda enfocada al sistema Infonavit y vivienda para las juventudes que no tienen acceso al seguro social, de manera que puedan rentar la vivienda y con el tiempo acumular esa renta de manera accesible para poder adquirirla posteriormente.

“Vamos a hacer el acceso a la vivienda un verdadero derecho para los jóvenes de México. Les comparto que ya estamos trabajando en el presupuesto de 2025 y estamos destinando una parte de ese presupuesto para la construcción de viviendas accesibles para las y los jóvenes.” -Claudia Sheinbaum-

Y aunque esta iniciativa en principio es noble y buena, es indispensable una planeación excepcionalmente buena para que rinda los frutos que se pretenden. Se deberán promover programas y apoyos suficientes para lograr la adquisición de la primera vivienda y de esta forma contribuir para la formación del patrimonio de las y los jóvenes mexicanos.

Pero el objetivo solo puede completarse si se trabaja seriamente en incrementar los derechos y mejorar las condiciones laborales de quienes ingresan y dan sus primeros pasos en el

Ese tema en particular también lo discutiremos en este espacio.

Arq. Ana María Sinecio