La mirada de las mujeres a un año del gobierno histórico.

La primera mujer presidenta de México no sólo es un hito histórico, sino un evento que nos invita a reflexionar ¿Cuál es el compromiso que tienen las y los funcionarios públicos de esta nueva administración con las mujeres?

L@S COLUMNISTAS

Regina Palacios Cid

10/6/20253 min read

La primera mujer presidenta de México no sólo es un hito histórico, sino un evento que nos invita a reflexionar ¿Cuál es el compromiso que tienen las y los funcionarios públicos de esta nueva administración con las mujeres? La figura de una mujer consciente e inteligente como lo es la Dra. Sheinbaum exige congruencia en todas las líneas de su gobierno, no sólo en las políticas sino también en las prácticas que persisten en todos los niveles. Se ha responsabilizado de sororidad a las mujeres dentro de los puestos públicos, dejando de lado la responsabilidad que debe recaer en los hombres al mando. La imagen del progreso no es solamente la de una presidenta, alcaldesa, diputada o administrativa sino, también la percepción de justicia o impunidad ante denuncias contra la violencia de género.

De acuerdo con un estudio de El Economista, se muestra que cuatro de las cinco personas alcaldes mejor evaluadas en el país son mujeres. Y en una encuesta de Enkoll para El País y W Radio, 86% de las mujeres mexicanas cree que la protección de los derechos de las mujeres mejorará con el gobierno de la presidenta Sheinbaum. La responsabilidad tiene un peso, una esperanza que se deposita ciegamente en este nuevo gobierno tras el cansancio de miles de mujeres víctimas de violencia y, además, que sus casos han quedado inconclusos; en este sexenio, sin lugar a duda, la ineficiencia de los servicios de apoyo y la indiferencia ante los casos de abuso contra las mujeres se verá como traición. Los ojos de las mexicanas están en todos los movimientos de la administración pública, pidiendo no ser defraudadas por la promesa de atender sus problemáticas, alcanzando con la bandera feminista cada uno de sus cargos.

Los números no son realidades aisladas, representan vidas y dignidades sobrepasadas; tener una presidenta mujer no cambiará automáticamente las estructuras de poder, pero sí debe exigirlo; si, por el contrario, estas son ignoradas por un lado político se perderá el aún optimismo de que un día, las cosas cambien. La importancia de un gobierno con perspectiva de género es urgente, no sólo uno con representación femenina. Cada denuncia cuenta, todo está inmerso en un ciclo de violencia en donde ninguna denuncia, por pequeña que sea, debe ser menospreciada.

El Estado también se enfrenta a una deuda histórica frente a las mujeres, en sexenios anteriores han dejado víctimas temerosas por denunciar, pues los malos tratos de las personas administradoras públicas prevalecen en una huella emocional entre la población.

En cifras de INEGI, en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024, ocurrieron 31.3 millones de delitos: 92.9% no se denunció o la autoridad no inició una carpeta de investigación. Esta cifra negra habla totalmente de la desconfianza existente de la población y a la vez de la ineficiencia de las instituciones responsables. Sin embargo, es importante reconocer la actuación, en el caso de un niño identificado como Fernandito es un incidente claro de esta problemática, pero también de cómo esta nueva administración soluciona la ineficiencia; dos de los funcionarios públicos fueron cesados de su cargo tras haber negado la atención a la madre del menor y que esto derivara a encontrar el cuerpo sin vida del niño. Esto en un caso sonado; ahora también se espera que la adquisición de justicia ante las denuncias y la impunidad no sólo estará en casos mediáticos, sino, en la importancia que se espera que se dé a todas las acusaciones.

Podemos destacar la jerarquía de cada una de las personas que conforman este gobierno, sin importan lo grande o pequeño de su cargo o puesto, las cadenas de violencia deben romperse, y para ello, cada denuncia y alerta ciudadana debe tomarse en cuenta, si las personas hablan algo del espacio que habitan, deben ser escuchadas con o sin una denuncia formal.

Quedan 5 años para la mandataria, colocar a una mujer presidenta ha sido una esperanza que se espera no sea defraudada. El progreso camina, queremos llegar vivas, fuertes y dignas. No sólo llegar, la esperanza está depositada en la presidenta, pero también en cada una de las personas dentro de su administración.