“NADIE ES ILEGAL EN TIERRAS ROBADAS”

Nadie deja su hogar por gusto. Se migra por hambre, por miedo, por esperanza. Se migra por sobrevivir. Sin embargo, en pleno siglo XXI, miles de migrantes siguen siendo tratados como criminales. Se les encierra, se les persigue, se les desaparece.

L@S COLUMNISTAS

Ariana Aguilar Zamora

6/13/20252 min read

Nadie deja su hogar por gusto. Se migra por hambre, por miedo, por esperanza. Se migra por sobrevivir. Sin embargo, en pleno siglo XXI, miles de migrantes siguen siendo tratados como criminales. Se les encierra, se les persigue, se les desaparece.

Los muros crecen más que los puentes, y los discursos de odio se reproducen como si la dignidad humana dependiera del lugar donde naciste. México, un país de migrantes, lo sabe muy bien: al norte, millones cruzan buscando una vida mejor; al sur, llegan hermanos de Centroamérica, de Haití, de Sudamérica, huyendo de guerras, pobreza y desastres provocados por un capitalismo salvaje.

Los datos lo confirman: en 2024, más de 150,000 migrantes cruzaron México intentando llegar a Estados Unidos, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Nuestro país alberga a más de 1.2 millones de migrantes de distintas nacionalidades, la mayoría de Centroamérica y Haití. Y, cada año, miles de mexicanas y mexicanos migran hacia EE. UU. en busca de oportunidades; más de 10 millones viven allá actualmente.

Un gobierno que defiende al pueblo, también defiende al que migra

La presidenta Claudia Sheinbaum lo dijo claramente esta semana: “No es con redadas, es con una reforma migratoria integral”. Esa frase marca una diferencia histórica. No se trata solo de hablar bonito, sino de actuar desde la soberanía, con firmeza y con humanidad para que se reconozca a quienes llevan años trabajando en EE. UU., integrados y pagadores de impuestos. Se busca poner fin a las redadas que dañan familias, comunidades y nuestra soberanía.

México está hoy levantando la voz por los millones de connacionales y, al mismo tiempo, está obligado a ser un ejemplo: proteger, no criminalizar, a quienes cruzan por nuestro país.

La presidenta Sheinbaum anunció que llevará esta demanda al G-7 del 15 al 17 de junio en Canadá, junto a temas de comercio y seguridad. Además, retó con diplomacia: no acepta la imposición de aranceles ni violaciones a la soberanía.

Migrar no es un fenómeno, es una consecuencia

La migración es el resultado de:

  • Las guerras económicas.

  • El cambio climático provocado por el norte global.

  • Las dictaduras disfrazadas de democracia.

  • Un sistema que privilegia la ganancia sobre la vida.

Los migrantes no son el problema. Son el espejo de lo que el sistema no quiere ver: que este mundo está roto, y ellos están buscando cómo armarlo de nuevo, a costa de todo.

México, como un país con vocación de izquierda, debe:

  • Garantizar tránsito seguro y digno en su territorio.

  • Convertirse en líder global en la defensa de los migrantes.

  • Exigir a EE. UU. una reforma migratoria que regularice a nuestros compatriotas, tal y como lo ha expresado la Presidenta Constitucional de la República Mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo.

  • Seguir creando empleos y condiciones de vida para que nadie se vea obligado a huir.

Porque el verdadero cambio comienza cuando el Estado deja de ver a los migrantes como “tema de seguridad” y los reconoce como sujetos de derechos.

Migrar no debería ser el último recurso. Pero mientras lo sea, debe ser un camino seguro, justo y libre. Si queremos un México más justo, debemos ser justos también con quienes lo cruzan, lo dejaron o lo buscan para empezar de nuevo.