Nearshoring en México, más promesa que realidad

EMPRESARIAL

Emilio Godoy

10/18/20242 min read

Desde EE.UU. hasta China, empresas de todo el mundo están considerando trasladarse a México, pero la inversión aún no está a la altura de las expectativas debido a la incertidumbre en torno a las estrategias, las tensiones comerciales, el agua y la energía

En los últimos cinco años las cadenas de suministro globales han tenido que adaptarse a cambios significativos, como los retrasos en la producción y distribución de bienes que provocó la pandemia de Covid-19, las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo y las repercusiones que han seguido a la invasión rusa de Ucrania.

Como resultado de estas crisis mundiales, sectores como la electrónica, la alta tecnología y la industria automotriz están buscando reubicar sus operaciones más cerca de sus principales mercados, para reducir costos de producción y transporte, así como su exposición a los riesgos de la cadena de suministro. A esta tendencia se la conoce como “nearshoring”.

En los últimos años, se ha visto cómo las empresas dirigían su atención hacia países del Sudeste Asiático, Europa Central y Oriental y Latinoamérica. Tal vez el más notable de estos lugares haya sido México, donde la proximidad y el fácil acceso al mercado estadounidense han despertado un gran interés y, en algunas zonas, un aumento de las inversiones.

Pero a pesar de generar innumerables titulares y despertar expectativas, los analistas consideran que México aún no ha aprovechado plenamente las oportunidades que podría ofrecer el nearshoring. Los especialistas consultados señalan déficits en las políticas para reforzar sectores estratégicos, como el tecnológico. Además existen obstáculos en las limitaciones energéticas para poder garantizar un suministro que sea atractivo para los inversores.

Para Jesús Carrillo, director de Economía del Instituto Mexicano la Competitividad (IMCO), un think-tank independiente, ha habido más anuncios de nearshoring que inversiones concretas.

Diego Marroquín, experto en comercio entre Estados Unidos y México del Wilson Center, escribió en un reciente análisis que la reforma podría “desafiar seriamente la competitividad a largo plazo de América del Norte y su potencial de nearshoring” y “poner en peligro miles de millones de dólares en inversiones estadounidenses y canadienses en México”. Añadió que también podría complicar la revisión en 2026 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el acuerdo comercial que ha sido uno de los principales atractivos para las empresas de nearshoring que buscan establecerse en México.

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