Reforma electoral: construir una democracia más eficiente, cercana y legítima.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha dado un paso firme hacia la transformación democrática con su propuesta de reforma electoral. En un contexto donde el gasto público y la burocracia electoral absorben recursos vitales, su iniciativa busca fortalecer la representatividad y la cercanía con la ciudadanía. El objetivo no es solo reducir costos, sino construir un modelo electoral más transparente y directo. Pero, ¿cómo equilibrar esos objetivos sin dejar de lado el consenso político que permita su aprobación?
L@S COLUMNISTAS


La presidenta Claudia Sheinbaum ha dado un paso firme hacia la transformación democrática con su propuesta de reforma electoral. En un contexto donde el gasto público y la burocracia electoral absorben recursos vitales, su iniciativa busca fortalecer la representatividad y la cercanía con la ciudadanía. El objetivo no es solo reducir costos, sino construir un modelo electoral más transparente y directo. Pero, ¿cómo equilibrar estos objetivos sin dejar de lado el consenso político que permita su aprobación?
Reducción del gasto electoral y representación más directa.
La propuesta de reforma plantea la eliminación de los diputados plurinominales y la reducción del financiamiento público a los partidos políticos. Esto permitiría redirigir recursos a programas sociales prioritarios, siguiendo la línea de austeridad republicana que ha caracterizado a la Cuarta Transformación. Este punto busca responder a una demanda ciudadana de décadas: menos privilegios para la clase política y más beneficios tangibles para la gente.
Creación de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral.
Para llevar a cabo un diagnóstico serio, Sheinbaum decretó la creación de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, encabezada por Pablo Gómez. Este órgano tiene la misión de consultar a expertos, legisladores, académicos y representantes de la sociedad civil para formular una propuesta sólida. El objetivo es alejar la narrativa de imposición y fortalecer la idea de un proceso democrático y participativo.
Autonomía y fortalecimiento institucional.
Uno de los puntos más discutidos es el papel del Instituto Nacional Electoral (INE). La presidenta ha reiterado que la autonomía del organismo se mantendrá, pero con mecanismos que lo hagan más eficiente y menos costoso. Esto busca mejorar la transparencia sin debilitar la capacidad de organización y fiscalización de elecciones.
Consenso político y cohesión interna.
Para que la reforma prospere, Morena necesita el respaldo de sus aliados en el Congreso, como el PT y el PVEM, lo que implica abrir espacios de negociación. Al mismo tiempo, el partido debe cuidar su unidad interna, evitando fracturas que puedan poner en riesgo la gobernabilidad y la implementación de la agenda legislativa.
La reforma electoral que impulsa Claudia Sheinbaum es una oportunidad histórica para modernizar el sistema democrático mexicano, hacerlo más austero, eficiente y representativo. La creación de una comisión inclusiva, el respeto a la autonomía del INE y la apuesta por el diálogo político son señales claras de que la Cuarta Transformación busca profundizarse con responsabilidad y consenso. El reto será lograr que esta propuesta no solo sea aprobada, sino que cumpla su objetivo central: acercar la democracia a la ciudadanía y garantizar que cada peso público invertido en el sistema electoral se traduzca en más confianza y legitimidad.