Retorno ancestral: justicia hecha realidad.

El sexenio de Andrés Manuel López Obrador marcó un punto de inflexión silencioso pero profundo para México. En un movimiento que pasó desapercibido para muchos, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la iniciativa para el reconocimiento de los saberes ancestrales. Ligada a la Ley de Ciencia y Tecnología del CONACYT, esta legislación sembró la semilla de un cambio trascendental.

NACIONAL / ESTADOSPUEBLOS ORIGINARIOSL@S COLUMNISTAS

Álvaro Vizuet

6/2/20252 min read

El sexenio de Andrés Manuel López Obrador marcó un punto de inflexión silencioso pero profundo para México. En un movimiento que pasó desapercibido para muchos, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la iniciativa para el reconocimiento de los saberes ancestrales. Ligada a la Ley de Ciencia y Tecnología del CONACYT, esta legislación sembró la semilla de un cambio trascendental.

El Impacto Oculto del Reconocimiento Ancestral

Pocos dimensionaron el impacto real de reconocer la riqueza del conocimiento de nuestros pueblos originarios. Más allá de un simple gesto, esta ley sentó las bases para resarcir siglos de errores y omisiones en agravio de estas comunidades. Implícito en este reconocimiento estaba la promesa de algo aún mayor: la eventual reforma para reconocer a los pueblos originarios como sujetos de derecho. Una reforma que, en el actual sexenio de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, se ha convertido en una realidad transformadora.

Justicia desde la Raíz: Los Saberes Ancestrales en Acción

Uno de los pilares de este retorno ancestral es, sin duda, la impartición de justicia. Lejos de ser algo novedoso, los pueblos originarios ya poseían sistemas normativos y tradicionales que aseguraban una convivencia armónica. Hoy, México presencia cómo estas comunidades recuperan su memoria histórica, su vasta sabiduría ancestral en leyes y principios de bien común.

El Grito de "¡Ya Nos Toca!": Un Ministro Originario en la SCJN

Con su voto, los pueblos originarios están impulsando un hecho sin precedentes: al primer ministro de la Suprema Corte de Justicia salido de sus filas. "¡Ya nos toca!", dicen claro y fuerte, y su voz resuena con el apoyo de miles de hermanos y hermanas que sufragaron a su favor. No solo es el respaldo de las comunidades indígenas, sino también el de muchos mexicanos que comparten este anhelo de justicia para quienes por tanto tiempo fueron ignorados.

Ha llegado el momento. El regreso de la conciencia de quiénes fuimos, quiénes somos y lo que siempre hemos querido ser: un México verdaderamente incluyente y justo. Un México que se reconoce a sí mismo como una nación ancestral, con sus pueblos originarios como su corazón latente. El despertar ancestral ya está aquí, y está redefiniendo el rumbo de nuestra justicia.