Sheinbaum pone fin al saqueo azul: exgobernadores panistas acapararon el agua del Bajío por décadas.

El gobierno de Claudia Sheinbaum está enfrentando el histórico acaparamiento de agua perpetrado por exgobernadores y líderes del PAN en el Bajío. Más de 3 millones de metros cúbicos quedaron en manos de unos cuantos, gracias a concesiones otorgadas durante gobiernos panistas. Ahora, la 4T audita más de medio millón de permisos y endurece las sanciones contra el lucro con el agua, priorizando a los pequeños productores y al pueblo.

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Redacción

10/23/20251 min read

Durante años, los gobiernos del PAN construyeron un negocio millonario a costa del agua del pueblo. Hoy, el Gobierno de la 4T, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, está desmantelando esos privilegios.

Desde 1996, figuras del panismo como Miguel Márquez, Luis Armando Reynoso, Francisco Ramírez, Ignacio Loyola, Vicente Fox y Marko Cortés acapararon 20 concesiones de agua en los estados de Guanajuato, Querétaro, Jalisco y Aguascalientes, acumulando más de 3 millones de metros cúbicos, un volumen equivalente al de una presa entera: la Emilio López Zamora, suficiente para abastecer a cientos de familias durante siglos.

Estas concesiones, muchas otorgadas durante los gobiernos de Fox y Calderón, fueron parte de un entramado de corrupción y favoritismo. Funcionarios de la Conagua —ligados a los intereses del PAN— permitieron que los mismos exgobernadores se beneficiaran con el agua que debía usarse para el campo, la ganadería o el consumo comunitario.

Hoy, el gobierno de Claudia Sheinbaum revisa más de 536 mil concesiones de agua, y ya ha detectado 163 mil vencidas o irregulares, incluidas las de estos personajes. Su administración impulsa una política de justicia hídrica que busca poner fin al acaparamiento, con sanciones de hasta 12 años de cárcel para quienes lucren con el líquido vital.

El agua no es un negocio, es un derecho”, ha reiterado Sheinbaum, subrayando que el objetivo de su gobierno es garantizar que el recurso llegue primero a los pequeños productores, a las comunidades y a las familias, no a los políticos que lo convirtieron en botín.