Sonora avanza con rumbo, resultados y esperanza.

Durante los últimos meses, los avances son tangibles. Las obras que cambian el rostro de nuestras ciudades —vialidades, sistemas de agua, infraestructura educativa y hospitalaria— no son proyectos aislados, sino parte de una visión integral que conecta progreso con bienestar.


L@S COLUMNISTAS

Amairany Peña Escalante

10/20/20253 min read

En Sonora estamos viviendo una etapa de transformación que no solo se dice: se ve, se siente y se vive. Bajo el liderazgo del gobernador Alfonso Durazo Montaño, el estado ha pasado de la improvisación al desarrollo planificado, de la desigualdad a la justicia social, de los discursos a los resultados.

Durante los últimos meses, los avances son tangibles. Las obras que cambian el rostro de nuestras ciudades —vialidades, sistemas de agua, infraestructura educativa y hospitalaria— no son proyectos aislados, sino parte de una visión integral que conecta progreso con bienestar.

Uno de los logros más palpables ha sido el subsidio a la energía eléctrica, gestionado directamente por el gobernador Durazo ante la Federación. Este año se extendió a siete meses, del 1 de abril al 31 de octubre, y amplió el rango de consumo subsidiado hasta 1,200 kilowatts por hora a un costo de $0.803 pesos por kilowatt, lo que permite que más familias paguen menos.

En Sonora, este subsidio no es una cifra técnica: es un respiro tangible para las familias. Antes, un hogar promedio que consumía alrededor de 1,600 kilowatts hora al mes pagaba fácilmente entre 1,800 y 2,000 pesos durante el verano, una cifra que golpeaba los bolsillos justo cuando más se depende del aire acondicionado.
Con la Tarifa 1F, los primeros 1,200 kWh se facturan a solo $0.803 pesos por kilowatt, y los siguientes hasta 2,500 kWh a $0.996 pesos. ¿Qué significa esto en la vida real? Que esa misma familia hoy paga cerca de $1,360 pesos por el mismo consumo.
Son unos 600 pesos menos al mes, lo que equivale a una despensa completa o al transporte de los hijos a la escuela. Esa es la diferencia entre un gobierno distante y uno que entiende la realidad de su gente. El subsidio no solo baja un recibo: devuelve tranquilidad a los hogares sonorenses.

La otra gran noticia para miles de familias es el fortalecimiento de la educación. Gracias al recorte histórico al presupuesto del Congreso del Estado, esos recursos se transformaron en oportunidades a través del programa de becas más grande en la historia de Sonora.
Hasta este año, se han entregado más de 465 mil becas, con una inversión superior a 2,600 millones de pesos, beneficiando a estudiantes de todos los niveles. Solo en mayo de 2025 se otorgaron 10,303 becas universitarias, con montos de 5,000 a 10,000 pesos por estudiante.
Es un cambio de fondo: donde antes había privilegios, hoy hay oportunidades. Donde antes se gastaba en exceso, hoy se invierte en el futuro.

Pero los avances no se limitan a lo económico o educativo. El Plan Sonora de Energías Sostenibles ha colocado a nuestro estado en el mapa mundial de la innovación, impulsando energías limpias, empleo calificado e inversión tecnológica. Sonora pasó de ser tierra de desierto a ser tierra de futuro.

Desde el Congreso del Estado, acompañamos este cambio con una agenda legislativa responsable y humana. Hemos aprobado presupuestos con sentido social, promovido reformas que fortalecen la transparencia, el desarrollo municipal y el bienestar de las familias.
Nuestro deber es hacer que cada ley, cada voto y cada decisión reflejen el compromiso de la Cuarta Transformación: poner a las personas en el centro de la política pública.

Como diputada, me llena de orgullo formar parte de este momento histórico. Lo veo en los rostros de las madres que pagan menos luz, de los jóvenes que conservan su beca, de las comunidades que por fin tienen agua y de los adultos mayores que reciben atención digna.
Sonora está cambiando, y lo hace con rumbo.

La transformación no es un lema: es un proceso vivo que se construye todos los días, en cada aula, en cada obra y en cada decisión que mejora una vida.
Hoy podemos decir con certeza que Sonora avanza —con resultados, con justicia y con esperanza—, porque cuando se gobierna con honestidad y se legisla con responsabilidad, los cambios no son temporales: se vuelven permanentes.

Bajo el liderazgo del gobernador Alfonso Durazo Montaño, Sonora demuestra que la política puede ser sinónimo de servicio, y que la transformación se logra cuando la voluntad y el trabajo se unen al mismo propósito: construir un mejor estado para todas y todos.