Una traición, un motel y un robo: la noche que desnudó a la síndica de Tlalnepantla

Tlalnepantla, Estado de México — Lo que parecía una noche discreta fuera del ojo público terminó en un escándalo con tintes políticos, sentimentales y administrativos. Maribel Soto, síndica municipal de Tlalnepantla, en el segundo gobierno de Raciel Pérez, fue víctima del robo de su camioneta oficial justo al salir de un motel de paso ubicado en los límites con Naucalpan. Pero el hecho delictivo es solo la punta del iceberg.

La funcionaria no se encontraba sola: testigos y fuentes cercanas señalan que Soto salió del lugar acompañada de Raymundo López, un empresario con quien, según trascendidos, mantiene una relación personal desde hace meses. El detalle que ha desatado la indignación entre empleados del ayuntamiento y vecinos del municipio no es solo el uso de un vehículo oficial para fines personales —fuera del horario laboral y en un contexto comprometedor—, sino el hecho de que la síndica está legalmente casada y hasta hace poco era conocida por mantener una relación sentimental con su chofer.

La situación escaló cuando, según versiones extraoficiales, fue precisamente su expareja y chofer quien, tras seguirlos por celos, decidió abandonar el vehículo sin supervisión como acto de represalia. Minutos después, sujetos no identificados aprovecharon el descuido para sustraer la unidad, que aún no ha sido localizada.

La noticia ha corrido como pólvora en redes sociales, donde ciudadanos cuestionan el uso indebido de recursos públicos, pero también la imagen institucional de una funcionaria que, en su discurso, ha defendido la “honestidad” como pilar de su gestión.

A pesar de los rumores, el Ayuntamiento no ha emitido una postura formal. La oficina de comunicación social únicamente confirmó que se investiga el robo de la unidad, sin mencionar el contexto en el que ocurrió ni el paradero de la funcionaria en ese momento.

Mientras tanto, en Tlalnepantla se habla de todo: del robo, del motel, del amante… y del silencio.