“Venimos a reformar leyes… a cambiar muchas condiciones de la existencia política y, sobre todo, económicas y sociales de nuestro país”
La frase es de Luis Cabrera Lobato, de quien el pasado 17 de julio fue el 149º aniversario de su nacimiento, pasó desapercibido. Promotor de la revolución mexicana, cercano a Francisco I. Madero, a Venustiano Carranza. Poblano, sobrino de Daniel Cabrera Rivera, quien fundó y dirigió los diarios satíricos más críticos del porfiriato (El Hijo del Ahuizote, y sucesores) y a quien el Presidente López Obrador homenajeó nombrando una “Sala Daniel Cabrera y los Olvidados” en Palacio Nacional. Este “olvidado”, Luis Cabrera siempre tuvo la claridad política de que el marco legal representaba intereses de clase y su aplicación era el motivo de lucha.
L@S COLUMNISTAS


La frase es de Luis Cabrera Lobato, de quien el pasado 17 de julio fue el 149º aniversario de su nacimiento, pasó desapercibido. Promotor de la revolución mexicana, cercano a Francisco I. Madero, a Venustiano Carranza. Poblano, sobrino de Daniel Cabrera Rivera, quien fundó y dirigió los diarios satíricos más críticos del porfiriato (El Hijo del Ahuizote, y sucesores) y a quien el Presidente López Obrador homenajeó nombrando una “Sala Daniel Cabrera y los Olvidados” en Palacio Nacional. Este “olvidado”, Luis Cabrera siempre tuvo la claridad política de que el marco legal representaba intereses de clase y su aplicación era el motivo de lucha.
En su texto “La solución del conflicto", analiza las causas de la insurrección frente a “una dictadura absoluta en la cual la aplicación de la ley variaba según la clase de personas, con todas las consecuencias naturales de semejante sistema y cuyos resultados inevitables tenían que ser el privilegio para los de arriba y la servidumbre para los de abajo, la falta de garantías para las capas inferiores, y la falta absoluta de justicia para esas mismas capas en los conflictos con las capas superiores”. Por ello, en "La Revolución es la Revolución", establece que “las revoluciones... implican necesariamente el desconocimiento general y absoluto de todas las autoridades, de todos los principios de autoridad y de todas las leyes políticas de un país; son la negación de las formas constitucionales”. Incluso exhorta a Madero a no conformarse sólo con la salida de Díaz sino que haga reformas profundas porque "Las necesidades políticas y democráticas no son en el fondo más que manifestaciones de las necesidades económicas” ("Carta abierta a Francisco I. Madero"). El 20 de noviembre de 1912, aniversario revolucionario, presente Madero, en su discurso, Cabrera precisó que la revolución debía continuar buscando la justicia social con los propósitos “…de una transformación de condiciones sociales… (que) sólo puede lograrse por medio de la reforma de aquellas leyes cuya aplicación había producido una condición social inadecuada en el momento actual.”
Fue autor de la Ley Agraria de 1915, base del articulo 27 constitucional, acompañaba a Carranza en su viaje donde fue asesinado. Ante esto, se retiró de la política, regresó al final de su vida como asesor de López Mateos y murió en 1954.