“Voy a ser el ministro más joven de la Corte”: Arístides Guerrero recorre Veracruz con propuestas claras y cercanía popular
Desde Veracruz, el candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arístides Rodrigo Guerrero García, número 48 en la boleta morada, sostuvo un encuentro con medios locales donde compartió su visión sobre la justicia que México necesita: más cercana, más transparente y sin privilegios.
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Redacción | CírculoPolíticoMX
Desde Veracruz, el candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arístides Rodrigo Guerrero García, número 48 en la boleta morada, sostuvo un encuentro con medios locales donde compartió su visión sobre la justicia que México necesita: más cercana, más transparente y sin privilegios.
“Voy a ser el ministro más joven que haya integrado la Corte en el siglo XXI”, afirmó con contundencia. A sus 41 años, Guerrero combina juventud con una sólida trayectoria académica: es licenciado en derecho, tiene dos maestrías, una especialidad en derecho constitucional, un doctorado y estudios en inteligencia artificial por la Universidad de Chicago. Además, ha sido profesor en la UNAM por más de una década.
Durante su gira, explicó que ha recorrido ya entidades como Chiapas, Tamaulipas, Tabasco, Baja California, Nuevo León, Morelos y Estado de México, y que su paso por Veracruz incluye actividades con trabajadores, mercados populares y espacios públicos.
Justicia digital, transparente y al alcance de todos
Una de sus propuestas más disruptivas es la creación del "Spotify de la justicia", una plataforma digital donde cualquier ciudadano podrá consultar las sentencias más relevantes de cada ministro. “Así como eliges canciones por artista o género, podrás buscar las decisiones de cada integrante de la Corte, por tema o por caso”, explicó. Esta herramienta, dijo, servirá para transparentar el actuar de la Corte y acercar su función al pueblo.
También plantea implementar el programa "Sembrando Justicia", con el cual dará clases de derecho constitucional en plazas públicas y universidades del país. “Quiero que la Corte sesione fuera de sus muros, en espacios públicos, como universidades, para que la justicia se viva y se entienda”, señaló.
Contra la justicia congelada y la corrupción
Guerrero denunció que uno de los grandes males del Poder Judicial ha sido “la justicia en la congeladora”, donde miles de casos han sido retrasados por falta de empatía o por intereses oscuros. “Vamos a cambiar eso con inteligencia artificial, que nos ayudará a buscar precedentes y medir cuánto tardan los ministros en resolver, pero siempre será el ser humano quien emita el fallo”, puntualizó.
Sobre los cuestionamientos a la corrupción en el sistema judicial, fue claro: “La justicia hoy es solo para quien tiene dinero. Vamos a acabar con eso. La reforma judicial no solo es legítima, es urgente. Y yo estoy aquí para impulsarla desde adentro”.
La ciudadanía, el único aval
Ante rumores sobre supuestos “candidatos palomeados”, Arístides Guerrero fue enfático: “Yo no tengo palomeo de nadie. La única paloma que quiero es la de la gente. Por eso estoy en las calles, hablando con el pueblo, de frente”.
También respondió con humor e inteligencia a la viralización de su video en redes sociales donde se define como “más preparado que un chicharrón”: “Es una forma de romper con la solemnidad acartonada. La justicia debe comunicarse con claridad, sin lenguaje de élite. Por eso uso analogías para explicar el derecho, para que la gente lo entienda”.
El número 48, “el número de la suerte”
Al cierre del encuentro, recordó a la ciudadanía que su candidatura se encuentra en la boleta morada, con el número 48, y que esta elección no es partidista, sino ciudadana. “Es como el Melate: esta vez tú eliges a tus ministras y ministros. Y el 48 es el número con el que vamos a sembrar justicia, tecnología y cercanía”.
Arístides Guerrero es, sin duda, uno de los perfiles que está dando la batalla por transformar desde dentro el Poder Judicial. Su propuesta combina preparación, empatía y visión innovadora. El ministro más joven no solo quiere sentencias más ágiles: quiere una Corte que hable claro, que escuche y que se parezca al México real.